Un golpe al corazón. Una herida que quedará abierta por mucho tiempo en ese corazón Puyutano que hizo lo que pudo en Pergamino. Que empujó, que creyó hasta el último instante pero que no alcanzó para darle sustento futbolísitico a un Sportivo Desamparados que se quedó sin nada en la final por el ascenso ante Ben Hur. Es que el Lobo de Rafaela lo golpeó en el cierre del primer tiempo para dar el golpe de gracia y consumar con ese gol de Jiménez su regreso al Federal A. Desamparados terminó pagando muy caro un flojísimo primer tiempo en defensa, en especial en el sector derecho, por donde Ben Hur lo lastimó hasta que llegó al gol del ascenso. Recién en el complemento, ya perdiendo, hubo reacción para resolverlo en Sportivo pero terminó siendo demasiado tarde. Fue una final pareja, con poco vuelo futbolístico en el que Desamparados terminó siendo víctima de un extraño planteo que Ben Hur aprovechó al máximo para hacer la ventaja del ascenso.
En el comienzo del juego, la primera llegada fue de los rafaelinos que llegaron con Sola, pero la respuesta de Sportivo probó con Ceballos por arriba del travesaño. A los 12′ Benavídez tuvo una chance y la tapó Astrada. Parecía que el trámite sería con Ben Hur manejando más la pelota y con Desamparados respondiendo directo. Pero a los 20′ entró Jiménez y cambió el panorama. Empezó a lastimar por la derecha y Desamparados lo sintió. Pasó un par de sobresaltos y cuando parecía que la primera parte se terminaba empatada, Kevin Fernández manejó una contra con espacios que derivó en el pase a Jiménez para que definiera solo ante Real. Un gol que castigó esas dudas de Sportivo para defenderse en ese sector.
En el complemento, el técnico Murúa apostó todo el resto. En menos de seis minutos del segundo tiempo metió los cinco cambios que tenía a mano. Era todo o nada. Hubieron apenas unos 10′ de intensidad, de profundidad. Ahí Sportivo se ilusionó. Villalobo y Casívar fueron de los más revulsivos en ese intento pero faltó profundidad. Benavídez no tuvo una sola como para inquietar a un Astrada que no ofrecía demasiadas garantías. Y claro, el tiempo fue rival extra para las esperanzas de Sportivo que ya fue más desesperación e impotencia que resto final para empatarlo. Y claro, se esfumó la ilusión. Esa que se convirtió en dolor, en amargura. En una herida abierta. Un golpe al corazón que en Puyuta se sintió como nunca.
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